La
boda seguía en pie y cada vez faltaba menos para la ceremonia. Me
invitaron por maldad. La verdad es que a mi me daba todo igual.
Aunque, mi bebé no tendría un buen padre. Solo me quedaban unos 3 o
4 meses para dar a luz. Cada vez me hablaba menos con Carlos, nos
habíamos distanciado demasiado, aún estando en la misma casa.
Odiaba cuando Cristy y Carlos se morreaban en mi cara. Tenía un poco
de envidia y estaba celosa, lo admito. No lo sé, pero ya echaba de
menos los ratos libre que pasaba con Carlos. Las tardes en las que
quedábamos para hacer todo lo que quisiéramos. Pero,
repentinamente, esos momentos ya se habían perdido. Ya no podía
echar marcha atrás. Me hubiera gustado no estar embarazada de él.
La carga es para mi. No creo que a él le importe si es su hijo o no,
ya que no tiene el mínimo interés. Me hubiera gustado volver a
tener 18 años, conocer de nuevo a Carlos. Mi vida ya no era nada sin
él. Ya se que me he peleado con él muchas veces, pero en el fondo
le quiero. Ya no se que hacer. Mi vida esta desorientada. Ya no puedo
hacer las locuras de siempre con las chicas. Ya han crecido y algunas
tienen que cuidar de sus hijos. Yo me siento sola. Cuando vamos a dar
una vuelta, prefiero no ir, ya que cada una tiene pareja. Prefiero
consumir mi vida en unas 4 paredes. Ya estoy acostumbrada al dolor.
Bajé las escaleras y allí estaban, morreándose. Les quise mandar a
la mierda un rato. Pero preferí controlarme, porque soy muy agresiva
cuando me enfado. Salí fuera. Me encantaba esta casa. Mi familia
vivía en una casa igual a esta. Pero, por desgracia, no viví lo
suficiente con ellos. Mis padres murieron en un accidente, al que mi
hermana y yo íbamos incluidas. Nuestras heridas fueron leves. Pero
la muerte se llevó a mis padres, dejándonos al cargo de mi tía,
que nos llevó a Madrid a vivir. Me senté en la hierba. Echaba de
menos ver a mi madre. Era tan guapa. Solo me quedan de ella unas
fotos y una pulsera. Me levanté del suelo. Estaba muy aburrida.
Odiaba la vida de ser mamá soltera. De repente, Cristy salió y se
sentó a mi lado.
-Hola-dijo
con una cara sonriente
No
le respondí. Seguí mirando al cielo.
-Lo
siento-dijo dándome la mano.
Miré
su movimiento. Le miré. Cambié mi cara, para que no se sintiera
mal.
-¿Por
qué?-dije intentando sonreír.
-Porque
he roto a una pareja-
Respiré
profundamente.
-No,
no lo tienes que sentir. La culpa es tuya-
-Pero,
es que antes de yo haber aparecido por la vida de Carlos, estabais
juntos y felices hasta que...-
-Hasta
que me secuestraron-
Respiró.
-Quiero
que seamos amigas-
La
miré. Tenía una sonrisa cálida y unos ojos alegres. No se que hice
en ese momento. Creo que le dije que si. Y esto sería un comienzo de
una nueva amistad. Nos abrazamos y ella se fue a comprar. Entré y no
se por qué estaba alegre, si no tenía novio. Subí las escaleras.
Carlos me cogió del brazo.
-¿Qué
quieres?-
-No
me vas a hablar del bebé-
-Ah,
que ahora te interesa el bebé. Ahora. No creo que deba decirte
nada-dije irónicamente
-¿Cómo
está?-
-Ah,
muy bien, pero quiero abortar-dije subiendo las escaleras. Me dio por
decir eso, para darle miedo, aunque ya era imposible abortar.
-¿Cómo?-
-Si,
lo que oyes-
-No
puedes hacer eso-
-Carlos,
tu plan era dejarme embarazada, casarte con Cristy y echar mi vida a
la mierda. Pues lo has conseguido, chaval. ¿Qué más quieres?-
No
respondió
-Osea,
que tengo razón y todo. Y encima me invitáis a la boda. Muchas
gracias, señores Pérez, acabáis de destrozar mi vida. No pasa nada
por ser uno mas-dije irónicamente
-Haz
lo que tu quieras, a mi ya no me importas-
-Prefiero
no haberte conocido-
Se
giró y me miró. Me miró malvadamente. Esas caras que ponía él de
enfado, me ponían mucho. Se me acercó y le besé. No se que cojones
había echo. Pero él también me besaba. Cristy había salido y por
suerte no nos pillaría. No había nadie en casa, ya que todos se
habían ido a hacer senderismo. Me acorraló contra la pared y
enrollé mis piernas en su espalda. Estaba embarazada. Pero a él lo
importaba, no le molestaba. Le deseaba mucho. No sabía el porque, si
hacía rato nos estábamos pelando. Carlos no me soltaba. Y subió
las escaleras en dirección a mi dormitorio.
{…}
No hay comentarios:
Publicar un comentario