Vistas de página en total

martes, 28 de enero de 2014

Capítulo 34


La boda seguía en pie y cada vez faltaba menos para la ceremonia. Me invitaron por maldad. La verdad es que a mi me daba todo igual. Aunque, mi bebé no tendría un buen padre. Solo me quedaban unos 3 o 4 meses para dar a luz. Cada vez me hablaba menos con Carlos, nos habíamos distanciado demasiado, aún estando en la misma casa. Odiaba cuando Cristy y Carlos se morreaban en mi cara. Tenía un poco de envidia y estaba celosa, lo admito. No lo sé, pero ya echaba de menos los ratos libre que pasaba con Carlos. Las tardes en las que quedábamos para hacer todo lo que quisiéramos. Pero, repentinamente, esos momentos ya se habían perdido. Ya no podía echar marcha atrás. Me hubiera gustado no estar embarazada de él. La carga es para mi. No creo que a él le importe si es su hijo o no, ya que no tiene el mínimo interés. Me hubiera gustado volver a tener 18 años, conocer de nuevo a Carlos. Mi vida ya no era nada sin él. Ya se que me he peleado con él muchas veces, pero en el fondo le quiero. Ya no se que hacer. Mi vida esta desorientada. Ya no puedo hacer las locuras de siempre con las chicas. Ya han crecido y algunas tienen que cuidar de sus hijos. Yo me siento sola. Cuando vamos a dar una vuelta, prefiero no ir, ya que cada una tiene pareja. Prefiero consumir mi vida en unas 4 paredes. Ya estoy acostumbrada al dolor. Bajé las escaleras y allí estaban, morreándose. Les quise mandar a la mierda un rato. Pero preferí controlarme, porque soy muy agresiva cuando me enfado. Salí fuera. Me encantaba esta casa. Mi familia vivía en una casa igual a esta. Pero, por desgracia, no viví lo suficiente con ellos. Mis padres murieron en un accidente, al que mi hermana y yo íbamos incluidas. Nuestras heridas fueron leves. Pero la muerte se llevó a mis padres, dejándonos al cargo de mi tía, que nos llevó a Madrid a vivir. Me senté en la hierba. Echaba de menos ver a mi madre. Era tan guapa. Solo me quedan de ella unas fotos y una pulsera. Me levanté del suelo. Estaba muy aburrida. Odiaba la vida de ser mamá soltera. De repente, Cristy salió y se sentó a mi lado.
-Hola-dijo con una cara sonriente
No le respondí. Seguí mirando al cielo.
-Lo siento-dijo dándome la mano.
Miré su movimiento. Le miré. Cambié mi cara, para que no se sintiera mal.
-¿Por qué?-dije intentando sonreír.
-Porque he roto a una pareja-
Respiré profundamente.
-No, no lo tienes que sentir. La culpa es tuya-
-Pero, es que antes de yo haber aparecido por la vida de Carlos, estabais juntos y felices hasta que...-
-Hasta que me secuestraron-
Respiró.
-Quiero que seamos amigas-
La miré. Tenía una sonrisa cálida y unos ojos alegres. No se que hice en ese momento. Creo que le dije que si. Y esto sería un comienzo de una nueva amistad. Nos abrazamos y ella se fue a comprar. Entré y no se por qué estaba alegre, si no tenía novio. Subí las escaleras. Carlos me cogió del brazo.
-¿Qué quieres?-
-No me vas a hablar del bebé-
-Ah, que ahora te interesa el bebé. Ahora. No creo que deba decirte nada-dije irónicamente
-¿Cómo está?-
-Ah, muy bien, pero quiero abortar-dije subiendo las escaleras. Me dio por decir eso, para darle miedo, aunque ya era imposible abortar.
-¿Cómo?-
-Si, lo que oyes-
-No puedes hacer eso-
-Carlos, tu plan era dejarme embarazada, casarte con Cristy y echar mi vida a la mierda. Pues lo has conseguido, chaval. ¿Qué más quieres?-
No respondió
-Osea, que tengo razón y todo. Y encima me invitáis a la boda. Muchas gracias, señores Pérez, acabáis de destrozar mi vida. No pasa nada por ser uno mas-dije irónicamente
-Haz lo que tu quieras, a mi ya no me importas-
-Prefiero no haberte conocido-
Se giró y me miró. Me miró malvadamente. Esas caras que ponía él de enfado, me ponían mucho. Se me acercó y le besé. No se que cojones había echo. Pero él también me besaba. Cristy había salido y por suerte no nos pillaría. No había nadie en casa, ya que todos se habían ido a hacer senderismo. Me acorraló contra la pared y enrollé mis piernas en su espalda. Estaba embarazada. Pero a él lo importaba, no le molestaba. Le deseaba mucho. No sabía el porque, si hacía rato nos estábamos pelando. Carlos no me soltaba. Y subió las escaleras en dirección a mi dormitorio.

{…}

No hay comentarios:

Publicar un comentario